Estas tres prácticas: auto-presente, auto-sintonizado y auto-observador, son formas de volver a conectar contigo mismo. Cada una te invita a reducir la velocidad y reconectar con lo que está sucediendo en tu interior.
Sintonizando la radio interior
Imagina que tu cuerpo y tus emociones son como una emisora de radio que suena suavemente de fondo. Cuando la vida se vuelve ajetreada o dolorosa, bajamos el volumen o cambiamos de emisora por completo. Estas prácticas te ayudan a volver a sintonizar, suavemente y con cuidado.
1. Auto-presente: estoy aquí
Estar auto-presente significa aterrizar completamente en el momento. No en el pasado, no en el futuro, justo aquí. Observas cómo se siente tu cuerpo, qué está haciendo tu respiración o cómo tus pies tocan el suelo.
“Siempre me han enseñado a seguir adelante, pase lo que pase. Bajar el ritmo se siente desconocido, pero necesario.”
2. Auto-sintonizado: escuchar lo que hay debajo de la superficie
Esta es la práctica de registrar tus sentimientos, tu energía y tus necesidades. La auto-sintonización es como preguntarte a ti mismo, “¿Cómo estoy realmente?” y esperar el tiempo suficiente para escuchar la respuesta.
“Nunca aprendí a preguntarme qué necesito. Siempre se trataba de lo que otros necesitaban de mí.”
3. Auto-observador: observar sin juzgar
Aquí es donde la sanación se profundiza. Auto-observarse significa notar tus reacciones, pensamientos o patrones sin tratar de arreglarlos o cambiarlos de inmediato. Te observas a ti mismo con compasión, de la misma manera que podrías observar a un ser querido con ternura.
“Me sorprendo sintiendo vergüenza por descansar. Pero en lugar de rechazarlo, puedo simplemente notarlo y respirar a través de él.” No necesitas ganarte el camino de vuelta a ti mismo. Ya eres digno de tu propia atención, cuidado y amor. A través de la presencia, la sintonización y la observación, comienzas a construir confianza con la persona más importante de tu vida, tú.