Piensa en tu niño interior como en un jardín
Imagina que tu corazón es un jardín. Algunas partes están llenas de hermosos recuerdos, y otras pueden sentirse olvidadas, cubiertas de maleza o secas. La sanación del niño interior es como regar suavemente esos puntos secos. No arrancas nada, ofreces atención, calidez y tiempo para ayudar a que las cosas crezcan.
¿Por qué las comunidades Latinx pueden beneficiarse profundamente?
Muchos adultos Latinx crecieron en familias donde la supervivencia era lo primero. A veces, las emociones se dejaban de lado. Es posible que hayas escuchado o pensado:
“Tengo que ser fuerte. I can’t show weakness.”
“Si hablo, me regañan. Better to stay quiet.”
“My needs don’t matter as much as the family’s.”
Estos pensamientos pueden quedarse y afectar tu autoestima, tus relaciones y tu capacidad para descansar. La sanación del niño interior te ayuda a reconocer de dónde provienen esas creencias y cómo cambiarlas suavemente.
¿Cómo es el trabajo del niño interior?
- Notar viejas heridas: Puede que te enfades mucho en el presente, pero el sentimiento proviene de una versión mucho más joven de ti que no se sintió escuchada o amada.
- Hablarte a ti mismo con cariño: Puedes decir cosas como, “No merecías sentirte solo”, o “Te veo ahora, corazón.”
- Volver a ser tu propio padre/madre: Date la paciencia, la protección o el juego que necesitabas de niño.
Un recordatorio cultural
Sanar a tu niño interior no se trata de culpar a tus padres. Se trata de romper ciclos. Muchos cuidadores hicieron lo mejor que pudieron con lo que sabían. Puedes sentir compasión por ti mismo y por el legado de tu familia. Recuerda, no estás roto. El niño que hay dentro de ti siempre ha sido digno de amor. La curación es el proceso de recordar eso y darte lo que necesitabas, una palabra amable a la vez.